Terroir 1996 banner
IVES 9 IVES Conference Series 9 La vinicultura en regiones tropicales Brasileras

La vinicultura en regiones tropicales Brasileras

Abstract

La producción mundial de uvas para mesa es obtenida de viñedos localizados entre los paralelos 30 y 50º Latitud Norte y 30 y 40º Latitud Sur.
En el Brasil, algunos de los principales estados productores (São Paulo, Bahia, Pernambuco y Minas Gerais) están localizados abajo de las latitudes citadas.
Durante las últimas décadas, en cuanto la producción vitícola de las regiones brasileñas tradicionales (Rio Grande do Sul, São Paulo, Paraná y Santa Catarina) permaneció estable, las regiones tropicales experimentaron una expansión apreciable en el área cultivada, con destaque especial para el Valle del Rio São Francisco (Bahia y Pernambuco) y el Nordeste Paulista (São Paulo).
En estas regiones el desarrollo de la viticultura fue alcanzado gracias al gran esfuerzo de la investigación y del sector productivo en la generación y adaptación de nuevas técnicas, característica que situó la viticultura tropical entre las tecnológicamente mas avanzadas.
Actualmente, cerca de 10.000 ha de uvas finas para mesa son cultivadas en el Brasil, cuja producción está próxima a los 30 millones de cajas de 7 Kg. Las áreas mas importantes del cultivo se localizan en los estados de São Paulo (2.890 ha), Bahia y Pernambuco (4.000), Paraná (2.600) y Minas Gerais (400).
El Estado de São Paulo concentra su producción en dos zonas, São Miguel Arcanjo y Nordeste Paulista.
La zona de São Miguel Arcanjo, localizada en el sur del estado es la productora más tradicional de uvas finas de Brasil con un área de cultivo estable de cerca de 2000 ha, donde predomina el cultivo de la variedad Itália y sus mutaciones. Aunque con invierno (frio y seco) prolongado que permite una abundante brotación, el verano caliente y húmedo dificulta la cosecha, cujas uvas sin embargo son de buena calidad, lo que permite, inclusive, su exportación para Europa.
La viticultura del Nordeste Paulista, concentrada en la región de Jales, aunque reciente (20 años) ya presenta cerca de 1.000 ha cultivadas con uvas finas para mesa.
El clima de la región (Tabla 1) es de invierno seco y ameno y verano caliente y lluvioso. La tecnología desarrollada para el cultivo de uvas finas, en estas condiciones climáticas, basada en la doble poda anual de ramas leñosas (poda de producción — febrero a junio y poda de renovación — julio a diciembre), origina la producción en la temporada de baja cosecha (junio — diciembre en el hemisfério sur). Con resultados económicos favorables, los vinicultores buscan constantemente innovaciones tecnológicas, con el objetivo de mejorar la calidad de las uvas producidas. La utilización de reguladores de crecimiento, desbaste de frutillos, cobertura de los viñedos con “sombrite”, riego y un intenso programa de control de enfermedades y plagas son prácticas obligatorias.
El cultivo de las uvas finas para mesa implantado en el Valle del Rio São Francisco (Bahia y Pernambuco) es el que presenta mayores posibilidades de expansión. Esta región, la más árida del Brasil, tiene precipitaciones pluviométricas anuales entre 300 y 500 mm, distribuidos normalmente entre los meses de noviembre y febrero.
Gracias a las condiciones climáticas locales (Tabla 1), con calor y sequía durante prácticamente todo el año y con la disponibilidad de agua para riego, es posible producir 5 cosechas en dos años, en una misma área y lo que es más importante, en cualquier día del año.
La tecnología disponible, como muestran muchos proyectos, ha propiciado la producción de uvas de alta calidad que son comercializadas en los mercados europeos principalmente entre los meses de octubre a enero.

DOI:

Publication date: February 24, 2022

Issue: Terroir 2000

Type: Article

Authors

Fernando Mendes Pereira, Aparecida Conceição Boliani

Tags

IVES Conference Series | Terroir 2000

Citation

Related articles…

Pesticide – Free viticulture: towards agroecological wine-producing socio-ecosystems

Can we cultivate grapevine without pesticides? This is a huge challenge for this emblematic crop, which is one of the largest users of plant protection products. Pesticides are mainly used to protect the vine against leaf diseases (powdery mildew, mildew, black-rot), even in organic farming, which uses copper in particular. What are the research avenues that can help eliminate pesticides today?

Vintage by vine interactions most strongly influence Pinot noir grape and wine composition in New Zealand

Vine genetics, fruit maturity, region and vineyard are perceived as factors that strongly influence Pinot noir grape and wine composition. Our study aims to understand the relationship between grape (and ultimately wine) composition and the physical appearance and performance characteristics of a vine (i.e. vine ideotype). Our experimental approach controlled these variables by

Optimizing stomatal traits for future climates

Stomatal traits determine grapevine water use, carbon supply, and water stress, which directly impact yield and berry chemistry. Breeding for stomatal traits has the strong potential to improve grapevine performance under future, drier conditions, but the trait values that breeders should target are unknown. We used a functional-structural plant model developed for grapevine (HydroShoot) to determine how stomatal traits impact canopy gas exchange, water potential, and temperature under historical and future conditions in high-quality and hot-climate California wine regions (Napa and the Central Valley). Historical climate (1990-2010) was collected from weather stations and future climate (2079-99) was projected from 4 representative climate models for California, assuming medium- and high-emissions (RCP 4.5 and 8.5). Five trait parameterizations, representing mean and extreme values for the maximum stomatal conductance (gmax) and leaf water potential threshold for stomatal closure (Ψsc), were defined from meta-analyses. Compared to mean trait values, the water-spending extremes (highest gmax or most negative Ysc) had negligible benefits for carbon gain and canopy cooling, but exacerbated vine water use and stress, for both sites and climate scenarios. These traits increased cumulative transpiration by 8 – 17%, changed cumulative carbon gain by -4 – 3%, and reduced minimum water potentials by 10 – 18%. Conversely, the water-saving extremes (lowest gmax or least negative Ψsc) strongly reduced water use and stress, but potentially compromised the carbon supply for ripening. Under RCP 8.5 conditions, these traits reduced transpiration by 22 – 35% and carbon gain by 9 – 16% and increased minimum water potentials by 20 – 28%, compared to mean values. Overall, selecting for more water-saving stomatal traits could improve water-use efficiency and avoid the detrimental effects of highly negative canopy water potentials on yield and quality, but more work is needed to evaluate whether these benefits outweigh the consequences of minor declines in carbon gain for fruit production.

Does treatment of grape juice with aspergillopepsin-i influence wine aroma?

Acid aspergillopepsins-i (ap-i) have been suggested for use in winemaking due to their ability to degrade proteins, which reduces haze formation and the necessity for bentonite to achieve protein stability. These endopeptidases cleave non-terminal amino acid bonds of proteins, resulting in their degradation.

Clustering wine aromatic composition of Vitis vinifera grapevine varieties

Climate change is likely to impact wine typicity across the globe, raising concerns in wine regions historically renowned for the quality of their terroir. Amongst several changes in viticultural practices, replacing some of the planting material (i.e clones, rootstocks and cultivars) is thought to be one of the most promising potential levers to be used for adapting to climate change. But the change of cultivars also involves the issue of protecting the region’s wine typicity.